
¡vaya uno a saber que cosas! ajenos por completo a quién los observaba con atención , en este caso yo, que de pronto me sentí invadida por lejanos recuerdos de mi época escolar.
A mi edad, los recuerdos se agolpan en forma imprevista , motivados por x circunstancias, sin pedir permiso e invadiendo los espacios de la mente, dispuesta a dialogar con ellos.
Me recordé pequeña y en un momento muy particular de aquellos tiempos y sentí la vieja nostalgia recorrer mi humanidad, en un episodio que dejó profundas huellas que, aunque transcurrido tanto tiempo, aún perdura en mí la sensación de inevitable tristeza ocasionada por el hecho que, por ser el último día de mi escolaridad primaria, consciente de que a partir de ese día, mi vida estudiantil se bifurcaba indefectiblemente, en un antes y un después.
Era el momento en que cada una de mis compañeras, continuaran su educación de acuerdo a sus vocaciones. distintos proyectos, distintos sueños y, salvo algunas excepciones nos veríamos muy espaciadamente y en algunos casos, quizás nunca.
¿Y la maestra? ese era un capítulo aparte. Yo me había encariñado mucho con ella porque nos unía una afinidad muy acentuada, congeniábamos en nuestro amor por la poesía y fue de ella que aprendí las cosas para sentirme segura al escribirlas, pues mi sensibilidad me alertaba que les faltaba mucho en cuanto a composición.
De ella aprendí lo que era un verso, una estrofa, y el nombre qua le asignaba a una poesía, el número de versos que componía cada estrofa. Por ella aprendí lo que era rima, consonantes
y métrica; su concepto, igual al mío, que sin rima no es poesía, Puede llamarse poema, prosa poética, o cualquier otra denominación, pero la verdadera poesía debe ser con rimas y
consonantes.
Los tiempos han cambiado y el modernismo ha impuesto nuevas normas que llaman evolución. Pero en mí sigue vigente el criterio arraigado de que el espíritu de la poesía se estrecha en un apretado abrazo con la rima. Pido perdón si mi opinión, (como supongo) no coincide con todos
o con muchos.
Vuelvo al tema de mi último día de la primaria y para el evento de despedida, entre los números del festival me correspondió recitar la siguiente poesía .
Se trata de un fragmento, porque con mis doce años no inspiraba mucha confianza de que pudiera memorizarla en su totalidad, y muy emocionada , la recité:
ADIOS A LA MAESTRA
De Pedro Bonifacio Palacios
( ALMAFUERTE )
Obrera sublime, bendita señora :
la tarde ha llegado también para vos,
¡La tarde que dice descanso! la hora
de dar a los niños, el último adiós.
Mas no desespere la santa maestra:
no todo en el mundo del todo se va ,
usted será siempre la brújula nuestra ,
¡ La sola , querida segunda mamá !
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Esta poesía es mucho mas extensa, cuyo autor es un poeta argentino Clásico de los mejores y
uno de mis preferidos. Prometo publicarla en mi nuevo blog incluida su biografía y un conjunto de poesías muy interesantes
Juliana Gómez cordero