¡ Antonio ¡ no hables tan alto que mamá se va a enterar ¿es eso lo que quieres ? ( Esta vez era mi hermana mayor,
Ángela, la que imponía su autoridad como tal ).
¿ No habíamos acordado en guardar el secreto hasta el último momento ? si gritas tanto se van a enterar todos y
también mamá .
-Si estudio en silencio ( contestó mi hermano ) no me queda en la memoria, y si no la aprendo ¿que?
-Si prestas atención, no necesitas gritar para memorizarlo, Pero si cambiaste de opinión, ¡ grita cuanto quieras!
Yo escuchaba sin entender de que hablaban pero era evidente que había una complicidad entre ellos y no querían que
nos enteráramos los demás, por temor a que divulgáramos el secreto. ¿Qué secreto? ¿ Que estaba pasando? ….
¡ Por Dios! Esa intriga y esa curiosidad era insoportable pero… ¿ como enterarme ? ambos eran un muro de silencio
inescrutable, creando una situación indescriptible, que mi temperamento rebelde y a la vez tímido me mantenía en ascuas ¿ hasta cuando? ¿ no llegaría a saberlo nunca? ¿ nadie advertía ese extraño comportamiento de aislarse de los demás en una aparente charla en voz baja, que si alguien se acercaba, cambiaban de conversación ?
No se trataba de que yo tuviese un sexto sentido - ¡ que va !- Los niños observan y advierten cosas que la mayoría de las veces resultan interesantes y otras veces, un chasco. Pero es el aprendizaje ineludible de la vida en sus comienzos y el haber escuchado días atrás esas misteriosas palabras , daban pié a las conjeturas que me atormentaban y me mantenían expectante. Pero como todo llega, unos días mas tarde supe_ ¡ por fin!_ de qué se trataba el tan guardado secreto.
En aquel tiempo se conmemoraban las Fiestas Patrias con desfiles militares, paisanos a caballo, compitiendo en
exhibiciones de “pinta”( 1 ) y de fletes ( 2 ) , También participaban del desfile las escuelas, marchando los
estudiantes y sus maestros.
Pero como en nuestro pueblo no había militares y tampoco paisanos que dispusieran de caballos presentables y bien
empilchados ( 3 ) mi escuelita prescindía de ellos y con mucho orgullo, dábamos unas vueltas alrededor del patio.
Encabezaban el “desfile” los abanderados, una niña y un niño portando, uno , la bandera y el otro con un bombo (4)
tratando de seguir el compás de la música que interpretaba el Sr. Director en un piano ( por supuesto prestado, sabe
Dios por quién) Le seguíamos marcando el paso …un-dos, un -dos, los alumnos y las maestras. En el palco
improvisado no había ningún invitado especial, por lo tanto nuestro saludo era para el escaso público asistencial; los
padres de los alumnos y algún vecino cercano a la escuela.
Finalizado el desfile, comenzaba la actuación de niños y niñas, en un espectáculo de canciones infantiles, bailes
folclóricos, recitado de algunas poesías y algunas presentaciones acordes al feriado que se festejaba.
. Y ahí, en ese momento fue cuando se reveló el secreto que tanto me intrigaba, porque quién anunciaba lo números
del programa dijo; el niño Antonio Gómez Cordero va a dedicar a su mamá, y a todas las madres presentes , una
poesía de Olegario Víctor Andrade, titulada “El consejo de mi madre”
Ese era el secreto ¡ muy bien guardado por cierto!... Darle la sorpresa a mamá. El rostro de mi hermana Ángela se
iluminó por el éxito de su intriga.
Mi hermano recitó muy emocionado la siguiente poesía.
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Ven para acá, me dijo dulcemente
mi madre cierto día
y aún parece que escucho en el ambiente
de su voz, la celeste melodía.
Ven y dime ¿ que causas tan extrañas
te arrancan esa lágrima hijo mío,
que cuelga de tus trémulas pestañas
como gota cuajada de rocío ?.
Tu tienes una pena y me la ocultas
¿ no sabes que la madre mas sencilla
sabe leer en el alma de sus hijos
como tú en la cartilla?
¿ quieres que te adivine lo que sientes ?
ven para acá pilluelo
que con un par de besos en la frente
disiparé las nubes de tu cielo.
Yo prorrumpí a llorar. Nada, le dije
las causas de mis lágrimas ignoro
pero de vez en cuando
se me oprime el corazón y ¡ lloro!
Ella inclinó la frente pensativa
se nubló su pupila
y enjugando sus ojos y los míos
me dijo mas tranquila.
Llama siempre a tu madre cuando sufras
que vendrá muerta o viva
si está en el mundo a compartir tus penas
y si no a consolarte desde arriba.
Y lo hago así cuando la suerte ruda
como hoy perturba de mi hogar la calma,
invoco el nombre de mi madre amada
¡ y entonces siento que se ensancha mi alma !
Recordar es vivir nuevamente los episodios que, a pesar de pertenecer a un pasado lejano ,¡ muy lejano ¡ nuestra mente nos reintegra a ellos y los pone ahí, al alcance de nuestras manos.
Juliana Gómez Cordero.
Aclaración: (1) Elegancia
(2) Buenos caballos
(3) Bien vestidos
(4) Tambor