DOS NIÑOS

Dos niños

que inspi-

ran ternura

con solo

mirarlos.

Igualmen-

te bellos,

pero

con la piel

de distinto

color. Pero eso ¿ que importancia tiene ? ¿ puede influir en

su condición de seres humanos como para establecer una

difrencia?

Fueron engendrados del mismo modo, nacieron fruto del

amor entre un hombre y una mujer.

Desde el momento de parirlos, la madre de cada uno de ellos

les brindó su total y absoluta dedicación, con el mismo amor

incondicional, sin diferencia alguna en los sentimientos de

la madre blanca y de la madre negra ¿ porqué tendría que

haberla?

Esos niños, al ir creciendo en este mundo van percatándose de

que aún (aunque algo disminuída) existe la cultura ancestral de

creer en la superioridad de los blancos con respecto a los negros.
Esa discriminación en ciertos lugares del mundo sigue su marcha

con la inevitable consecuencia de odios, rencores, violencia etc...

Y ahí mi disenso , tanto en el acto de discriminar, como en el de

calificar el color de piel, como blanca y negra.

¿ Porqué blanca? ¿ Porqué negra? ¡¡ si mirándolas bién, las dos

definiciones están equivocadas !! ni la piel blanca es blanca, ni la

negra es negra.

¿ Alguien vió alguna vez a una persona cuya piel tuviese el color

de la nieve, de la leche o del azucar? Esa sería una piel blanca.

En cuanto a los llamados negros ¿ acaso estan hechos con Évano,

Azabache , o pintados de ese color? Su piel no tiene esa intensa

negrura.

Sería bueno que enpezáramos a llamar las cosas por su nombre

y al referirnos a la piel clasificarlas por su verdadera tonalidad,

claras y oscuras.

Las claras tienen más variedad de matices en el tono de los ocres

y las oscuras en la gama del marrón.

Pero además ¡¡ Cuánto más acertado sería reconocer los valores

humanos de cada persona sin tener para nada en cuenta el color

de su piel.

Conclusión: es necesario terminar con esa discriminación, Y con

todas las demás, que las hay ¡¡Y muchas!!

Juliana Gómez cordero