
Si quieres que la vida te sonría
comienza tú, sonriéndole a la vida
feliz el corazón, la copa erguida,
en un brindis fulgente de alegría.
Toda mujer ( y la vida lo es) percibe
cuando alguien la admira plenamente
y agrdece felíz de forma permanente
por todo lo bueno que de ella recibe.
Tómale la mano y dile bajito al oído,
“como hoy te amo...siempre te he querido,
¡ eres una ofrenda que me ha dado Dios !
Yo se que algún día tendrás que dejarme;
es la ley de todos y no he de quejarme.
mientras tu me quieras y te quiera yo ".
Juliana Gómez Cordero
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