Soy un acento tardío, enervante
y voráz, que repercute en el pasado,
persistente, tenáz y empecinado
en encontrar, en un tiempo perdido,
en encontrar, en un tiempo perdido,
las huellas de un olvido
que hoy he recordado.
Soy el camino obligado, sinuoso
consecuente,
pertináz y concluyente
por el que mi alma transita,
con inusitado empeño,
por el que mi alma transita,
con inusitado empeño,
abriéndose paso entre
brumosas visiones,
tratando de descubrir
en un recodo escondido,
los vestigios recordados
en un recodo escondido,
los vestigios recordados
de un recuperable olvido.
Juliana Gómez Cordero
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