Corté una flor y en ese mismo instante
me arrepentí del acto cometido,
pensando que mejor hubiera sido
dejarla allí, hermosa y rozagante.
Esa flor de su tallo separada
siguió viviendo herida, algunas horas
derramando en mi mano pecadora
maravillosa esencia perfumada.
Después, languideciendo lentamente
se fué muriendo al fin , quedando mustia
y comprendí , aunque tarde, con angustia
que obré mal, aunque inconscientemente.
Sucede así, que a veces, en la vida
obramos sin pensar en lo que hacemos,
si con ello algún daño cometemos,
llora a destiempo, el alma, dolorida.
Juliana Gómez Cordero
4 comentarios:
Muy hermoso... qué bien descripta la acción a menudo realizada sin darnos cuenta y que puede lastimar el alma.
Te felicito Juliana.
Gracias Marta por interpretar mi sentir, que emerge como un dedo acusador condenando la acción a que nos somete nuestro EGO en momentos de irreflexión.
Juliana
"No se puede cortar una flor
sin que se estremezca una estrella"
Es así, no? Sólo que a veces nuestro impulso escorpiano...
Lilia, no te conozco pero veo que eres escorpiana y de las mias. Gracias por tu comeentario y me gustaría conocerte.Si te quieres comunicar conmigo mi correo es:
julica39@hotmail.com
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